Cuando piensa en el sector de la hostelería, ¿piensa en tirolinas, circuitos de cuerdas y paredes de roca? Si es así, está en sintonía con una tendencia emergente en la que este tipo de actividades -y muchas más- se ofrecen a los clientes como incentivo para mejorar la experiencia. Hoy en día, las empresas de hostelería compiten no sólo para conseguir que la gente entre por la puerta, sino para inducir a los clientes a permanecer en la propiedad una vez que están allí. Al fin y al cabo, cuanto más tiempo permanezcan los clientes en el establecimiento, mejor será el resultado final.

Cuando se trata de clientes que regresan, no se puede superar la experiencia

Puede que la generación del milenio esté a la cabeza, pero el hecho es que prácticamente todos los grupos de edad están cada vez más interesados en la experiencia más que en los objetos, o incluso en el lujo. El ser humano, intrínsecamente acostumbrado a buscar nuevas experiencias, disfruta con la novedad, los retos y las emociones. Esta es la razón de ser de los parques de atracciones. Sin embargo, en esta era de la experiencia, la gente espera que estos retos y emociones estén disponibles en una mayor variedad de lugares, sin las largas colas, y con una participación más directa que simplemente estar atado y disfrutar de la atracción. Cada vez más, la gente quiere hacer más cosas.

Para mejorar la experiencia de los clientes y conseguir que vuelvan a visitarnos y que nos recomienden, es esencial crear una experiencia única y memorable que se pueda compartir y personalizar. Es especialmente importante diferenciarse de sus competidores locales. Y los consumidores de hoy en día están pagando por algo más que una aventura; están pagando por un recuerdo, un recuerdo que incluye risas, un reto y la oportunidad de compartir la alegría de completar una actividad nueva o que desafía la audacia.

¿Y los niños?

Por supuesto, muchas personas no pueden disfrutar plenamente de estas actividades propias de los adultos cuando están acompañadas por sus hijos. Es posible que uno de los padres tenga que vigilar a los niños mientras el otro disfruta solo de las actividades más peligrosas para los adultos. Cuando esto ocurre, se pierde uno de los elementos más esenciales para vivir una experiencia: compartirla con otra persona. Una buena forma de garantizar que los huéspedes aprovechen al máximo sus servicios, ya sea una sala de ejercicios, un bar, un spa, un restaurante de lujo o una actividad de aventura, es ofrecer a las familias una zona de juegos exclusiva para sus hijos. Al fin y al cabo, ¿por qué deben ser los adultos los que se diviertan?

Entornos temáticos únicos

Los hoteles u otros servicios de alojamiento como Airbnb deben esforzarse por ofrecer a los clientes algo más que una habitación para dormir y una sala de bicicletas estáticas rodeada de un puñado de pesas de mano. Atraiga a más familias a su hotel o complejo turístico con áreas de juego de diseño innovador creadas específicamente para su marca. Soft Play diseña y construye con imaginación entornos temáticos únicos de los que se sentirá orgulloso como pieza central de su establecimiento y como foco de diversión para los niños visitantes.

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